Es posible que este mito surgiera del hecho de que los canadienses son conocidos por ser educados y, en general, evitar la confrontación. Entonces, la idea de que usarían una versión menos agresiva del gesto puede parecer apropiado.
Pero en realidad, los canadienses son tan capaces de expresar su disgusto como cualquier otra persona, y el dedo medio es una forma común de hacerlo.