La idea de Vlad the Impaler como vampiro es una ficción posterior, popularizada por la novela de Bram Stoker *Drácula *. Stoker se inspiró en los relatos históricos de la crueldad de Vlad, pero embelleció y fictició significativamente su historia para crear el personaje del Conde Drácula.
He aquí por qué Vlad el empalador no era un vampiro:
* Era una persona real que vivía y murió en el siglo XV. No hay evidencia histórica para apoyar la existencia de vampiros.
* Los rasgos asociados con los vampiros, como la inmortalidad, el consumo de sangre y la aversión a la luz solar, son ficticios.
* La crueldad de Vlad se basó en sus tácticas políticas y militares, no de poderes sobrenaturales. . Usó el empalamiento para inculcar el miedo y mantener el control.
Si bien la leyenda de Drácula ha consolidado la imagen del empalador como un monstruo en la cultura popular, es importante recordar que era una figura histórica real, no un ser sobrenatural.