En un mundo de dudas y miedo, donde las sombras intentan esconderse,
Hay una verdad que es muy clara, una esperanza que no se puede negar.
En la corriente carmesí del amor aún permanece un poder,
Rompiendo todas las cadenas de arriba, conquistando las maquinaciones de Satanás.
(Coro)
Oh, el poder quieto en la sangre de Jesús,
Un diluvio purificador, un arroyo curativo,
La historia de la redención ensaya,
Y libera el alma cautiva.
El poder inmóvil en la sangre de Jesús,
Una fortaleza poderosa, fuerte y verdadera,
En sus profundidades están enterrados nuestros pecados,
Y la gracia se renueva para siempre.
(Verso 2)
A través de los siglos ha fluido, un río siempre ancho,
Donde el alma cansada encuentra descanso y los corazones destrozados confían.
De la cruz del Calvario brotó, arroyo sacrificial,
Eliminando la culpa y la vergüenza con el suave brillo de la misericordia.
(Coro)
Oh, el poder quieto en la sangre de Jesús,
Un diluvio purificador, un arroyo curativo,
La historia de la redención ensaya,
Y libera el alma cautiva.
El poder inmóvil en la sangre de Jesús,
Una fortaleza poderosa, fuerte y verdadera,
En sus profundidades están enterrados nuestros pecados,
Y la gracia se renueva para siempre.
(Verso 3)
Ninguna oscuridad puede resistir su luz, ningún mal puede prevalecer,
Si confiamos en el poder de Jesús, nuestros enemigos fracasarán.
A través de las tormentas de la vida, guía, un faro en la noche,
En Su presencia, el miedo disminuye y el gozo reemplaza al miedo.
(Coro)
Oh, el poder quieto en la sangre de Jesús,
Un diluvio purificador, un arroyo curativo,
La historia de la redención ensaya,
Y libera el alma cautiva.
El poder inmóvil en la sangre de Jesús,
Una fortaleza poderosa, fuerte y verdadera,
En sus profundidades están enterrados nuestros pecados,
Y la gracia se renueva para siempre.
(Puente)
Así que levantemos nuestras voces y alabemos Su precioso nombre,
Por el poder inmóvil en la sangre, su amor siempre proclamará.
Con corazones agradecidos venimos y cantamos, un coro de liberados,
En el poder quieto de la sangre de Jesús, nuestra esperanza siempre estará.
(Coro)
Oh, el poder quieto en la sangre de Jesús,
Un diluvio purificador, un arroyo curativo,
La historia de la redención ensaya,
Y libera el alma cautiva.
El poder inmóvil en la sangre de Jesús,
Una fortaleza poderosa, fuerte y verdadera,
En sus profundidades están enterrados nuestros pecados,
Y la gracia se renueva para siempre.