De este valle dicen que vas,
Extrañaremos tus ojos brillantes y tu dulce sonrisa.
Porque dicen que estás tomando el sol,
Eso ha iluminado nuestro camino por un tiempo.
Coro:
Oh, no me entierres en la pradera solitaria,
Donde los coyotes salvajes aullarán sobre mi tumba.
Pero acuéstame junto al viejo río Rojo,
Donde el sol brilla sobre mi propia tumba natal.
Recordamos bien cuando nos separamos
Triste y solitaria fue esa última despedida,
Mientras las lágrimas en tus ojos me decían claramente,
Que me amabas demasiado para decirlo.
(Coro)
Entonces ven a mí cuando esté durmiendo,
Y tu presencia alegrará mi corazón triste,
Déjame sentir, como antaño, tus cálidos besos,
Y olvida que debo dejarte, querida.
(Coro)
Al pasar cada noche hacia la fogata,
Piensa en el vaquero tan cierto,
¿Quién soñará con su silla de montar por almohada?
Del valle rojo y querida pequeña tú.
(Coro)