A lo largo de la canción, Hopsin emplea imágenes vívidas y metáforas para pintar una imagen de su estado mental y emocional. El título en sí, "Nocturnal Rainbows", sugiere una sensación de paradoja y dualidad, insinuando la complejidad de sus experiencias. Los arcoíris, típicamente asociados con la belleza y la esperanza, se yuxtaponen con el entorno nocturno, que a menudo tiene una connotación más oscura y misteriosa.
El coro marca el tono de la canción, mientras Hopsin canta sobre sentirse como si estuviera "viviendo en un sueño" y siendo "perseguido por demonios". Transmite una sensación de desorientación y confusión, cuestionando su propia realidad y los límites entre los sueños y la vida de vigilia.
En versos siguientes, Hopsin profundiza en sus demonios personales y las ansiedades que lo atormentan. Toca temas de duda, inseguridad y miedo al fracaso, expresando sus preocupaciones por no estar a la altura de las expectativas y decepcionar a los demás. La letra revela sus pensamientos e inseguridades más íntimos, ofreciendo una visión cruda y vulnerable de su psique.
La canción también explora el concepto de escapismo y el atractivo de las sustancias como medio para afrontar emociones difíciles. Hopsin reconoce la tentación de escapar de su realidad a través del alcohol y las drogas, pero también reconoce la naturaleza destructiva de estas muletas y la necesidad de afrontar sus problemas de frente.
A pesar del tono sombrío de la canción, "Nocturnal Rainbows" transmite una sensación de esperanza y resiliencia. La honesta autorreflexión de Hopsin y su voluntad de enfrentar sus miedos sugieren un camino hacia el crecimiento y la curación personal. La canción sirve como recordatorio de que incluso en medio de las luchas y la oscuridad, siempre existe la posibilidad de encontrar la belleza y superar la adversidad.