Venimos ante tu trono,
Con corazones de alabanza y adoración,
Y vive devota y tendida.
Nos inclinamos en sumisión,
A tu reinado soberano,
Porque nadie más que tú es digno,
Para volver a escuchar nuestras canciones.
Tu mano es siempre poderosa,
Tu sabiduría inigualable,
En el amor nos has acercado,
Por gracia nuestros corazones son arrebatados.
Te ofrecemos nuestros tesoros,
Lo mejor que tenemos para dar,
Aunque débil e imperfecto,
En ti vivirá mi alma.
Tu amor nos ha vencido,
Una inundación más allá de nuestras fuerzas,
En todos nuestros pensamientos y acciones,
Tu gloria iluminaremos.
Oh Rey de poder y esplendor,
Nos inclinamos ante tu trono,
Con corazones de alabanza y adoración,
Y vive devota y tendida.