Se llamaba un joven pastor llamado David.
Cantaba sus canciones y tocaba el arpa de todos modos.
Su música trajo deleite y alegría a todos los que la escucharon.
Cantaba sus canciones y tocaba hasta que su corazón se conmovía.
(Estribillo)
El pequeño David, fue ungido de Dios.
El pequeño David, ungido de Dios
Crecería y derrotaría a los ejércitos con grandes probabilidades.
El pequeño David, fue ungido de Dios.
(Verso 2)
Se enfrentó al gigante con una honda y una piedra.
Su coraje, fe y confianza lo hicieron sentir tan conocido
Derrotó a Saúl, su corazón, mente y alma.
Algún día sería rey, todos lo sabemos.
(Estribillo)
El pequeño David, fue ungido de Dios.
El pequeño David, ungido de Dios
Crecería y derrotaría a los ejércitos con grandes probabilidades.
El pequeño David, fue ungido de Dios.
(Puente)
Podemos aprender una lección del poder del pequeño David
Con Jesús como nuestra fuerza estaremos ante sus ojos.
Cantemos sus alabanzas, toquemos nuestro arpa y adoremos también
Él derrotará al gigante y hará todas las cosas nuevas.
(Estribillo)
El pequeño David, fue ungido de Dios.
El pequeño David, ungido de Dios
Crecería y derrotaría a los ejércitos con grandes probabilidades.
El pequeño David, fue ungido de Dios.