En los cielos, una visión tan grandiosa,
Donde se desarrollan maravillas por orden de Dios.
Ángeles con voces, tan dulces y divinas,
Sus melodías resuenan en el santuario sagrado.
(Coro)
Mira, mira lo que sucede en el cielo,
Gloria de Dios, deja que nuestros corazones sean conducidos.
En armonía celestial cantan,
Alabanzas y adoración, resuenan sus voces.
(Verso 2)
Las calles doradas brillan, radiantes y brillantes,
Guiando almas a un lugar de puro deleite.
La presencia de Dios, sentida en toda la tierra,
Un río de vida, que fluye puro y grandioso.
(Coro)
Mira, mira lo que sucede en el cielo,
Gloria de Dios, deja que nuestros corazones sean conducidos.
En armonía celestial cantan,
Alabanzas y adoración, resuenan sus voces.
(Puente)
Santos y mártires, vestidos con túnicas tan blancas,
Reunidos en la luz infinita.
Arrojan sus coronas ante el trono de la gracia,
En humilde adoración, abrazan su amor.
(Verso 3)
Tronos y dominios, poderes y fuerza,
Toda la creación se une a la vista celestial.
Con cada lengua y cada tribu, proclaman:
La victoria de Jesús, su glorioso nombre.
(Coro)
Mira, mira lo que sucede en el cielo,
Gloria de Dios, deja que nuestros corazones sean conducidos.
En armonía celestial cantan,
Alabanzas y adoración, resuenan sus voces.
(Acabado)
Mientras vislumbramos las maravillas del cielo arriba,
Que nuestros espíritus se llenen de paz y amor.
Porque ante la presencia de Dios huirán todas las tinieblas,
Y el gozo eterno será nuestro destino.
(Fin)