(Verso 1)
En un callejón frío y lúgubre, donde yacen profundamente las sombras,
Hay un hombre con ojos de tristeza, una lágrima en el ojo cansado.
Su ropa está rota y hecha jirones, su rostro está pálido y delgado,
Compadece al hombre, ten piedad, porque vive en pecado.
(Coro)
Lástima del hombre, perdido y solo,
Vagando sin rumbo, buscando un hogar.
Compadece al hombre, atrapado en la desesperación,
Luchando por encontrar esperanza en cualquier lugar.
(Verso 2)
Una vez tuvo amigos y familiares, pero le dieron la espalda,
Lo dejó solo para vagar, perdido en el borde más oscuro.
Ahora deambula por las calles, como un espectro, buscando consuelo en el frío,
Compadece al hombre, ten piedad, porque ha perdido toda esperanza de poder sostenerlo.
(Coro)
Lástima del hombre, perdido y solo,
Vagando sin rumbo, buscando un hogar.
Compadece al hombre, atrapado en la desesperación,
Luchando por encontrar esperanza en cualquier lugar.
(Puente)
Pero todavía hay esperanza para este hombre, aunque su situación parece sombría.
Porque el amor de Dios puede alcanzarlo y salvarlo desde dentro.
Puede apartarse de sus caminos pecaminosos y encontrar nuevamente el perdón.
Compadece al hombre, pero nunca te rindas, porque el amor puede romper sus cadenas.
(Coro)
Lástima del hombre, perdido y solo,
Vagando sin rumbo, buscando un hogar.
Compadece al hombre, atrapado en la desesperación,
Luchando por encontrar esperanza en cualquier lugar.
(Acabado)
A través de Jesucristo, puede encontrar la salvación,
Y emerger de la oscuridad hacia un júbilo sin fin.