Señor, haz de nuestro hogar una morada
donde estás entronizado
Y donde, con corazones de bendición,
Tu voluntad es conocida.
Donde el áspero camino de la vida es sinuoso,
A través de la noche más oscura,
Veré la estrella tan cegadora,
Nuestra Luz guía.
Y en nuestro hogar dulces niños
¿Quién te adorará?
Aprenderá los himnos del cielo.
Nuestras canciones serán.
Así que llena nuestros días de brillo,
Nuestros años con alegría;
Y bendecir con dulce alegría
Mientras estemos aquí.
Amén.