Esta canción clásica nos recuerda que debemos apreciar las cosas simples de la vida y encontrar alegría en los momentos cotidianos. Nos anima a estar agradecidos por la belleza del mundo natural y a tratarnos unos a otros con amabilidad y compasión.
Estas son algunas de las letras clave que resaltan la moraleja de la canción:
> Veo árboles de rosas verdes y rojas también.
Los veo florecer para mí y para ti.
Y pienso para mis adentros, que mundo tan maravilloso.
> Los colores del arcoíris, tan bonitos en el cielo.
También están en los rostros de las personas que pasan.
Veo amigos dándose la mano y diciendo:"¿Cómo estás?"
Realmente están diciendo:"Te amo"
> Escucho el llanto de los bebés, los veo crecer
Aprenderán mucho más de lo que yo sabré.
Y pienso para mis adentros, que mundo tan maravilloso.
El mensaje de gratitud, aprecio y amor de la canción sirve como un poderoso recordatorio para centrarse en los aspectos positivos de la vida y apreciar la belleza que nos rodea. Nos anima a ser más amables y compasivos unos con otros, creando un mundo más armonioso y maravilloso para todos.