_1. RELAJA TU VOZ_
Cuando gritas, tus cuerdas vocales se juntan, por lo que la clave es relajar el resto del cuerpo para poder proyectar el sonido.
2. RESPIRA DESDE TU DIAFRAGMA
El diafragma es un músculo debajo de los pulmones. Cuando se contrae, junta las cuerdas vocales. Practica respiraciones abdominales profundas. Para dominar esta técnica, practica gruñir de menor a mayor. Cuando te resulte cómodo, intenta hacerlo rápidamente; este es el comienzo de la técnica intensa.
3. CREA ESPACIO EN TU TRACTO VOCAL
Abre bien la boca, manteniendo la lengua plana. Esto ayudará a crear una cámara de resonancia para el sonido.
4. EMPUJE EL AIRE DE SU DIAFRAGMA
Mientras empujas el aire desde el diafragma, haz un sonido "gutural" con la parte posterior de la garganta. Este sonido es similar al sonido que hace una rana o un sapo.
5. RELAJA TU GARGANTA
Para evitar la ronquera, asegúrese de no tensar la garganta.
Problemas comunes
_Tu grito no suena duro_
- Puede que tengas la garganta tensa. Relaja tu garganta y empuja el aire desde tu diafragma.
- No estás expulsando suficiente aire del diafragma.
- No estás creando suficiente espacio en tu boca y garganta.
_Tu grito es demasiado ronco_
- Estás expulsando demasiado aire del diafragma.
- Tienes la garganta tensa.
- No estás bebiendo suficiente agua.
Consejos
- Comienza lentamente y aumenta gradualmente la intensidad a medida que te sientas más cómodo.
- No grites por mucho tiempo seguido. Tómese descansos para darle un descanso a su voz.
- Intenta experimentar con diferentes técnicas vocales para encontrar el sonido que deseas lograr.
- Escucha a gritones incondicionales experimentados para aprender de ellos y desarrollar tu propio estilo.