Respire profundamente por la nariz y luego exhale lentamente por la boca, emitiendo un sonido de "suspiro". Mientras haces esto, imagina que estás abriendo la parte posterior de tu garganta y permitiendo que el aire fluya libremente.
2. Haga gárgaras con agua tibia.
Esto puede ayudar a relajar los músculos de la garganta y mejorar la circulación, permitiendo un mejor flujo de aire.
3. Practica trinos con la lengua.
Coloque la punta de la lengua detrás de los dientes inferiores y haga vibrar la lengua contra el paladar. Haga esto hasta que sienta un estiramiento en la base de la lengua y la garganta.
4. Canta a un volumen cómodo.
Evite forzar la voz y recuerde que está bien sentir la garganta abierta y relajada, incluso cuando cante a bajo volumen.
5. Experimente con los sonidos de las vocales.
Los diferentes sonidos vocálicos requieren diferentes posiciones y movimientos de la boca, la garganta y la lengua. Intente cantar diferentes vocales (por ejemplo, "ah", "ee", "oh", "oo", "eh") para encontrar las posiciones que crean una sensación de apertura y resonancia en su garganta.
6. Practica la respiración diafragmática.
Usar el diafragma para apoyar la respiración le da a la garganta un mejor lugar para descansar. Cuando cantas con la garganta apretada, es más probable que te esfuerces porque estás apretando los músculos del cuello que cierran las vías respiratorias.
7. Tome descanso vocal con regularidad.
Evite forzar excesivamente su voz y tómese descansos regulares del canto para permitir que sus cuerdas vocales descansen y se recuperen.
8. Trabaja con un entrenador vocal o profesor de canto.
Un profesional capacitado puede ayudarlo a evaluar y mejorar su técnica vocal, incluida la apertura de la garganta, y puede brindarle orientación personalizada y ejercicios adaptados a sus necesidades y objetivos específicos.