Entonces, en respuesta a su pregunta, el destino de los hombres que escucharon cantar las sirenas fue trágico. Se convirtieron en víctimas indefensas del encanto de las sirenas, incapaces de resistir la tentación de las hermosas melodías.
La historia de las sirenas sirvió como advertencia sobre los peligros de la tentación y la importancia de resistir los deseos que pueden conducir a la propia caída. Es un recordatorio de que no todo lo que suena atractivo o irresistible puede ser lo mejor para uno.