1. Vocal: Las técnicas de canto excesivas o inadecuadas pueden provocar tensión vocal, ronquera e incluso daño permanente a las cuerdas vocales.
2. Fatiga vocal: Los períodos prolongados de canto pueden provocar fatiga vocal, lo que provoca dificultad para mantener el tono y producir tonos claros.
3. Pérdida de audición: La exposición prolongada a cantos fuertes, especialmente sin la protección adecuada para los oídos, puede dañar las células ciliadas sensoriales de los oídos y provocar pérdida de audición.
4. Riesgos laborales: Los cantantes profesionales que actúan y hacen giras con frecuencia pueden enfrentar riesgos laborales como falta de sueño, comidas irregulares y exposición a toxinas ambientales, que pueden afectar negativamente su salud general.
5. Ansiedad por el desempeño: El miedo escénico y la ansiedad escénica son obstáculos comunes que enfrentan los cantantes y afectan su desempeño vocal y su bienestar emocional.
6. Riesgos financieros: El canto como carrera puede ser impredecible y no hay garantía de ingresos constantes ni de éxito a largo plazo.
7. Compromiso de tiempo: Es posible que los cantantes necesiten invertir mucho tiempo en desarrollar su oficio, incluido el entrenamiento vocal, los ensayos y las actuaciones.
8. Lesiones por estrés repetitivo: La actividad física prolongada, como los movimientos escénicos y las posturas necesarias para determinadas técnicas de canto, pueden contribuir a lesiones por estrés repetitivo en diferentes partes del cuerpo.
9. Esfuerzo físico: Dependiendo del estilo de canto, determinadas actuaciones pueden requerir un esfuerzo físico intenso, como bailar o tocar un instrumento mientras se canta.
10. Demandas mentales y emocionales: Cantar puede evocar emociones fuertes y exige concentración mental. El agotamiento mental y la agitación emocional pueden interferir con la interpretación vocal.