Como regla general, el canto gregoriano se canta a un ritmo que permite la enunciación clara de las palabras y que promueve un sentido de oración contemplativa. Sin embargo, existe cierta variación en el tempo según la pieza específica que se canta. Por ejemplo, algunos cánticos se cantan a un ritmo más rápido durante las procesiones, mientras que otros se cantan a un ritmo más lento durante los momentos de reflexión u oración.
En general, el canto gregoriano es una forma de música sacra que se caracteriza por su ritmo lento y constante. Este ritmo lento ayuda a crear un sentido de oración y reverencia durante las ceremonias religiosas.