Llama la atención. Un tono vocal más bajo también puede ayudar a llamar la atención de la audiencia. Cuando hablas en un tono más bajo, es más probable que te perciban como alguien confiado y autoritario.
Transmite autoridad y seriedad. Una voz profunda suele asociarse con poder, autoridad y credibilidad. Cuando hablas con un tono vocal más bajo, es más probable que te perciban como un orador creíble e influyente, especialmente si hablas sobre un tema serio o complejo.
Promueve una mejor respiración y salud vocal. Cuando hablas con un tono vocal más bajo, es más probable que respires desde el diafragma, que es una forma más natural y saludable de respirar. Usar el diafragma para apoyar la voz puede ayudar a reducir la tensión y la fatiga vocal.