Hay algunas excepciones a esta regla. En algunos casos, los DJ pueden obtener música a través de licencias creative commons o libres de regalías, que permiten el uso de material protegido por derechos de autor para ciertos fines sin requerir permiso explícito del titular de los derechos de autor. Además, algunos software de DJ y plataformas de transmisión pueden ofrecer servicios basados en suscripción que brindan acceso a una biblioteca de música con licencia que se puede utilizar con fines comerciales.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, los DJ son responsables de comprar la música que utilizan. Esto se puede hacer a través de varios canales, como tiendas de música en línea, minoristas físicos de música o directamente desde sellos discográficos o distribuidores. Los DJ suelen comprar la música en formato digital, como archivos MP3 o WAV, que se pueden almacenar y acceder fácilmente en su equipo de DJ.
El costo de comprar música puede variar según el género, la popularidad y la rareza de las pistas. Algunas pistas pueden ser relativamente económicas, mientras que otras pueden ser más caras o incluso exclusivas de determinados DJ o sellos discográficos. Los DJ suelen invertir importantes cantidades de dinero en crear y mantener sus colecciones de música para asegurarse de tener una amplia gama de pistas entre las que elegir para sus actuaciones.
Al comprar su música, los DJ apoyan a la industria musical y garantizan que los artistas y los sellos discográficos reciban una compensación justa por su trabajo. Esto contribuye a la salud general y la sostenibilidad del ecosistema musical y permite a los DJ continuar creando y compartiendo sus mezclas con audiencias de todo el mundo.