1. Tiendas de música digital y plataformas de streaming: Cuando compras una canción o un álbum en una tienda de música digital (por ejemplo, iTunes, Amazon Music) o te suscribes a un servicio de transmisión (por ejemplo, Spotify, Apple Music), una parte de los ingresos va al artista. El monto exacto varía según la plataforma, el contrato del artista y otros factores.
2. Ventas directas a los fans: Muchos artistas venden su música directamente a sus fans a través de sus sitios web, plataformas de redes sociales o en conciertos. En este modelo, el artista retiene una mayor proporción de los ingresos de cada venta.
3. Licencias y sincronización: Cuando la música se utiliza en películas, programas de televisión, comerciales, videojuegos y otros medios, el artista puede recibir tarifas de licencia o tarifas de sincronización. Estos honorarios se negocian por separado y pueden ser una importante fuente de ingresos para los artistas.
4. Regalías de publicación: Los compositores y compositores reciben regalías de publicación cuando su música se reproduce en la radio, se utiliza en presentaciones en vivo o es versionada por otros artistas. Estas regalías suelen ser recaudadas por organizaciones de derechos de ejecución (PRO) como ASCAP, BMI y SESAC.
Es importante señalar que la industria de la música ha experimentado cambios sustanciales en los últimos años, y el streaming se ha convertido en la forma dominante de consumo de música. Si bien los ingresos por transmisión han aumentado, los pagos individuales a los artistas por transmisión pueden ser relativamente bajos. Esto ha dado lugar a debates y discusiones sobre una compensación justa para los artistas en la era digital.