En general, la mayoría de las salas de conciertos exigen que las personas tengan al menos 18 años para comprar una entrada sin un adulto acompañante. Sin embargo, algunos lugares pueden permitir que personas menores de 18 años asistan a conciertos si están acompañadas por un padre o tutor legal.
Para restricciones de edad específicas, es mejor consultar directamente con el lugar o el organizador del evento.