El contexto completo del poema "La música de las esferas" de Arthur Symons dice lo siguiente:
Eres la música mientras dura la música,
Y todavía está el eco de la música,
Cuando haya pasado el último tono tembloroso del laúd,
Y el silencio ocupa el lugar del sonido o de la habilidad.
Estas líneas ilustran la idea de que incluso cuando la presencia física de una persona ya no está ahí, su memoria, su influencia y el impacto positivo que tuvo en los demás continúan resonando como un eco. Así como la música deja una impresión persistente incluso después de haber dejado de sonar, los individuos dejan un legado duradero a través de las vidas que tocan y las experiencias que comparten.
En esencia, "Tú eres la música mientras la música dura" es un recordatorio de que cada momento, encuentro y conexión que hacemos tiene un significado y una importancia profundos. Mientras vivamos y participemos en interacciones significativas, la música de nuestra existencia continúa sonando, dejando una melodía duradera en los corazones de quienes nos rodean.