El sonido de una melodía puede variar significativamente dependiendo de varios factores, incluido el género musical, el tempo, la instrumentación y el arreglo. Las melodías pueden ser suaves y etéreas, como en un solo de flauta, o fuertes y vivaces, como en un himno de rock. Algunas melodías son rápidas y enérgicas, mientras que otras son lentas y relajantes. Además, las melodías pueden ser monofónicas, que constan de una sola línea de notas, o polifónicas, que contienen múltiples líneas melódicas simultáneas.