1. Frecuencia: La frecuencia de un sonido se mide en hercios (Hz). Los sonidos de baja frecuencia generalmente se perciben como más agradables que los de alta frecuencia. Esto se debe a que los sonidos de alta frecuencia pueden ser ásperos y penetrantes, mientras que los sonidos de baja frecuencia suelen ser más calmantes y relajantes.
2. Amplitud: La amplitud de un sonido se mide en decibelios (dB). Los sonidos de alta amplitud generalmente se perciben como más desagradables que los de baja amplitud. Esto se debe a que los sonidos de alta amplitud pueden ser fuertes y sobreestimulantes, mientras que los sonidos de baja amplitud suelen ser más suaves y calmantes.
3. Timbre: El timbre de un sonido es la cualidad que lo distingue de otros sonidos de la misma frecuencia y amplitud. Algunos timbres se perciben como más agradables que otros. Por ejemplo, el timbre de un instrumento musical puede resultar más agradable que el timbre de una máquina.
4. Armonía: La armonía de un sonido es la forma en que se relaciona con otros sonidos. Los sonidos que están en armonía entre sí se perciben como más agradables que los sonidos que no están en armonía. Por ejemplo, la armonía de una pieza musical puede ser más agradable que la armonía de un atasco.
5. Contexto: El contexto en el que se escucha un sonido también puede afectar su agrado percibido. Por ejemplo, un sonido que resulta agradable en un contexto puede resultar desagradable en otro. Por ejemplo, el sonido de la música puede resultar agradable en una sala de conciertos, pero desagradable en una biblioteca.
En general, los sonidos agradables se caracterizan por bajas frecuencias, bajas amplitudes, timbres agradables, armonía y un contexto positivo. Los sonidos desagradables se caracterizan por altas frecuencias, altas amplitudes, timbres desagradables, falta de armonía y un contexto negativo.