Dentro de un compás, los tiempos se crean a través de divisiones basadas en el compás o el compás de una pieza. Por ejemplo, un compás en un compás de 4/4 tiene cuatro tiempos por compás, mientras que en un compás de 3/4, hay tres tiempos. El número superior del tipo de compás indica el número de tiempos y el número inferior representa el valor de la nota que recibe un tiempo.
Los compases ayudan a organizar y estructurar una composición musical. Proporcionan una representación visual del patrón y la estructura rítmicos, lo que permite a los músicos tocar con mayor precisión y claridad en el tiempo. La música se divide en compases para facilitar la lectura, comprensión e interpretación por parte de los intérpretes.
Además, las medidas en música ayudan a identificar y seguir frases, secciones o repeticiones dentro de una pieza. Crean una sensación de pulso, ritmo y forma. Diferentes estilos o piezas musicales pueden tener distintas longitudes de compás, desde simples metros dobles (dos tiempos) hasta compases más complejos o compuestos con tiempos desiguales.
En general, los compases son unidades fundamentales del cronometraje musical, ya que proporcionan una estructura sistemática y ordenada para que los músicos comprendan, interpreten y perciban ritmos, patrones y fraseos de manera efectiva en una partitura musical.