Los musicales se pueden clasificar en diferentes géneros, que incluyen:
- Teatro musical tradicional: Se trata de producciones teatrales de larga duración que cuentan una historia a través de la música, el diálogo y la danza. Los ejemplos incluyen programas como "El fantasma de la ópera", "Los Miserables" y "Hamilton".
- Musicales Jukebox: Estos musicales se basan en las canciones de un artista o grupo específico. Incorporan éxitos populares en una nueva narrativa, a menudo con un diálogo mínimo. Los ejemplos incluyen "¡Madre mía!" (basado en la música de ABBA), "Rock of Ages" (con canciones de rock de los 80) y "Jagged Little Pill" (usando la música de Alanis Morissette).
- Películas musicales: Se trata de películas que combinan números musicales con diálogos hablados y narraciones visuales. Ejemplos notables incluyen "El mago de Oz", "Cantando bajo la lluvia" y "La La Land".
- Revistas musicales: Se trata de espectáculos con una estructura más flexible que presentan una serie de números musicales, sketches y rutinas de baile, generalmente con un tema o elemento conector. Los ejemplos incluyen los segmentos musicales "The Ziegfeld Follies" y "The Tonight Show Starring Jimmy Fallon".
- Óperas: Las óperas son producciones de teatro musical que utilizan principalmente el canto clásico (canto de ópera) para transmitir historias dramáticas. A menudo tienen decorados y vestuario elaborados y se representan en teatros de ópera o lugares similares.
- Obras musicales: Se trata de obras que incorporan números musicales en su narrativa, centrándose a menudo en el desarrollo de los personajes y el diálogo. "Next to Normal" y "Dear Evan Hansen" son ejemplos de obras musicales contemporáneas.
- Musicales de baile: Como sugiere el nombre, estos musicales ponen gran énfasis en la danza como medio narrativo, integrando coreografías intrincadas en la narrativa. "Chicago", "A Chorus Line" y "Billy Elliot" son ejemplos de musicales de baile.