Sin embargo, investigaciones posteriores han producido resultados contradictorios:algunos estudios encontraron efectos positivos de la música de Mozart en el rendimiento cognitivo, mientras que otros no encontraron ningún efecto o incluso efectos negativos. El estudio original utilizó un tamaño de muestra pequeño y no empleó un grupo de control, lo que limitó su validez. Estudios posteriores que utilizaron diseños de investigación más rigurosos a menudo no lograron replicar el efecto Mozart o descubrieron que no se generaliza a otros tipos de música o a mejoras a largo plazo en las capacidades cognitivas.
Críticas y limitaciones:
1. Falta de rigor científico: Muchos estudios posteriores no lograron replicar los hallazgos del estudio original. Las críticas incluyeron tamaños de muestra pequeños, controles inadecuados y fallas metodológicas.
2. Falta de generalización: Incluso cuando se observaron efectos positivos, a menudo se limitaron a tareas cognitivas específicas y no se aplicaron de manera consistente entre individuos o diferentes composiciones musicales.
3. Efectos a corto plazo: Cualquier mejora observada fue a menudo transitoria y no se tradujo en mejoras cognitivas duraderas.
4. Variables de confusión: Otros factores, como las diferencias individuales en las preferencias musicales y las respuestas emocionales a la música, pueden influir en el rendimiento cognitivo.
5. Influencia de factores no musicales: El "efecto Mozart" percibido podría deberse a factores como el sesgo de expectativa o los efectos de relajación de la música, más que a cualidades inherentes de las composiciones de Mozart.
6. Falta de beneficios a largo plazo: No hay evidencia que respalde la idea de que escuchar la música de Mozart conduzca a mejoras cognitivas a largo plazo o a un aumento de la inteligencia.
7. Diferencias individuales: La respuesta a la música varía mucho entre individuos, y lo que funciona para una persona puede no tener el mismo efecto en otra.
8. Implicaciones prácticas limitadas: Incluso si el efecto Mozart se observara consistentemente, su magnitud sería pequeña y es poco probable que tuviera un impacto práctico significativo en las capacidades cognitivas.
A pesar de las limitaciones y controversias en torno al efecto Mozart, despertó el interés en los posibles efectos cognitivos de la música. Las investigaciones continúan explorando cómo la música, incluidos los diferentes tipos de música y sus diversos elementos (por ejemplo, ritmo, melodía, armonía), puede influir en la función y el comportamiento del cerebro. Sin embargo, cabe destacar que los efectos observados son complejos, multifacéticos y están influidos por diversos factores individuales y contextuales.