- Remojar la caña adecuadamente. Antes de tocar, sumerja la caña en agua durante al menos cinco minutos. Esto ayudará a suavizar la caña y hacerla más jugable.
- Toca la caña con regularidad. Cuanto más toques la caña, más se romperá y será menos probable que se cierre.
- Evita dejar la caña expuesta al sol directamente o a altas temperaturas. Esto puede hacer que la caña se deforme y se cierre.
- Guardar la caña en un lugar fresco y húmedo. Esto ayudará a evitar que la caña se seque y se agriete.
- Utilice un estuche de caña con humidificador. Esto ayudará a mantener la caña húmeda y evitará que se seque.
- Utiliza un protector de caña. Esto ayudará a proteger la caña de daños.
- Limpie la caña periódicamente. El polvo, la suciedad y la humedad pueden acumularse en la caña y hacer que se cierre. Para limpiar la caña, límpiela suavemente con un paño suave y limpio.
- Haga que un oboísta profesional ajuste la caña. Si la caña aún se cierra después de probar todos estos consejos, es posible que necesites que un oboísta profesional la ajuste.