Al tocar, los pianistas están en contacto directo con la fuente del sonido porque son ellos quienes tocan físicamente el piano. Usan sus manos para presionar las teclas, lo que hace que los martillos golpeen las cuerdas, lo que a su vez produce sonido. Los pianistas pueden sentir las vibraciones de las cuerdas a través de las teclas y también pueden escuchar el sonido que producen. Este contacto directo con la fuente del sonido brinda a los pianistas una perspectiva única de la música que están tocando y les permite controlar el sonido de una manera muy precisa.