1. Evita las temperaturas extremas: La laca puede volverse quebradiza y agrietarse cuando se expone a temperaturas extremas, por lo que es importante evitar dejar el saxofón expuesto a la luz solar directa o al frío durante períodos prolongados.
2. Utilice un humidificador: Mantener humidificado el aire alrededor del saxofón puede ayudar a evitar que la laca se seque y se agriete. Puedes usar un humidificador en tu hogar o espacio de práctica, o puedes agregar un humidificador a tu estuche de saxofón.
3. Limpia tu saxofón regularmente: La suciedad y la mugre pueden acumularse en la laca y contribuir a su deterioro, por lo que es importante limpiar el saxofón con regularidad. Utilice un paño suave y un detergente suave para limpiar la laca y evite el uso de productos químicos agresivos o abrasivos.
4. Ten cuidado al manipular tu saxofón: Evite dejar caer o golpear el saxofón, ya que esto puede dañar la laca. Cuando transporte su saxofón, use un estuche o una funda para protegerlo de rayones y golpes.
5. Laca tu saxofón profesionalmente: Si la laca de tu saxofón ya se está despegando, puedes encargarlo lacado por un profesional. Esta es una opción más cara, pero ayudará a restaurar el acabado del saxofón y a protegerlo de daños mayores.