Soporte armónico: La resonancia de la viola complementa la estructura armónica de las piezas orquestales añadiendo calidez y cuerpo a las frecuencias medias, mezclándose eficazmente con el tono más alto del violín.
Líneas Melódicas: Si bien no es tan prominente en las melodías como el violín o el violonchelo, la viola ocasionalmente incluye pasajes melódicos solistas o frases líricas, agregando variedad y color a la textura orquestal general.
Contramelodías: La viola a menudo aporta contramelodías o líneas armonizadas a los pasajes orquestales, proporcionando capas adicionales de interés y complejidad musical.
Mezcla de conjunto: El papel de la viola en un conjunto es muy parecido al de un cantante alto en un coro. Mejora la combinación y la riqueza del sonido instrumental general añadiendo armónicos más bajos.
Música de Cámara: En entornos de música de cámara como los cuartetos de cuerda, la viola tiene un papel esencial al agregar textura y equilibrio, contribuyendo sustancialmente a la estructura armónica y melódica del conjunto.
Actuaciones en solitario: Aunque son menos comunes, hay piezas escritas específicamente para viola, que muestran su rango único y sus capacidades expresivas en interpretaciones en solitario.