Con el tiempo, los tambores se volvieron más sofisticados en diseño y construcción y se extendieron a varias culturas alrededor del mundo. En el antiguo Egipto, los tambores se utilizaban en ceremonias religiosas y procesiones militares, mientras que en China se utilizaban en espectáculos de música y danza imperiales. En África, los tambores desempeñaron un papel central en la música tradicional, la comunicación y los rituales religiosos.
En la Edad Media, los árabes y los cruzados introdujeron los tambores en Europa, y rápidamente se convirtieron en una parte integral de la música militar y de la corte. En el Renacimiento, los tambores se utilizaban en una amplia gama de géneros musicales, incluida la música folclórica, clásica y popular.
El desarrollo de nuevas técnicas y materiales para la fabricación de tambores en los siglos XIX y XX condujo a una mayor innovación y experimentación en el diseño de tambores. Los kits de batería, que constan de una variedad de tambores y platillos, se hicieron cada vez más populares en el jazz, el rock y la música pop, y la batería se convirtió en una parte esencial de la producción musical moderna.
Hoy en día, la batería se utiliza en una amplia gama de estilos musicales, desde la música folclórica tradicional hasta la música electrónica contemporánea. Continúan evolucionando y adaptándose a las nuevas tendencias y tecnologías musicales, asegurando su lugar como uno de los instrumentos musicales más versátiles y expresivos del mundo.