Por ejemplo, si dos diapasones tienen frecuencias de 256 Hz y 258 Hz, los latidos tendrán una frecuencia de 2 Hz, lo que significa que el volumen del sonido fluctuará dos veces por segundo. Esta fluctuación es causada por la alineación y desalineación periódica de las ondas sonoras de los dos diapasones.
Cuando las ondas sonoras están en fase, es decir, alineadas entre sí, el sonido será más fuerte. Cuando están desfasados, es decir, opuestos entre sí, el sonido será más suave. Este patrón de refuerzo y cancelación crea los ritmos que se escuchan.