Dificultades respiratorias: El asma puede provocar dificultad para respirar, sibilancias y tos, lo que puede dificultar la respiración profunda y el mantenimiento de notas al tocar un instrumento de metal. El aumento de las demandas respiratorias al tocar un instrumento de metal, como la necesidad de generar alta presión de aire y mantener una embocadura constante, puede exacerbar estos síntomas.
Problemas de embocadura: El asma también puede provocar problemas en la embocadura, ya que la hinchazón y la inflamación de las vías respiratorias pueden afectar los músculos y la coordinación implicados en la formación de la embocadura. Esto puede resultar en dificultades para producir un sonido claro y consistente y en un rango y flexibilidad reducidos al tocar.
Fatiga: El asma puede provocar fatiga y una menor tolerancia al ejercicio, lo que puede dificultar la resistencia física necesaria para la práctica y las actuaciones prolongadas.
Efectos secundarios de los medicamentos: Ciertos medicamentos utilizados para tratar el asma, como los betaagonistas y los corticosteroides inhalados, pueden tener efectos secundarios que pueden afectar la ejecución de instrumentos de metal. Estos efectos secundarios incluyen temblores, debilidad muscular y dolores de cabeza, que pueden afectar la técnica y el rendimiento.
A pesar de estos desafíos, muchas personas con asma pueden tocar con éxito instrumentos de metal con el manejo y las técnicas adecuados. Algunas estrategias que pueden ayudar a los músicos con asma incluyen:
Tratamiento habitual: Seguir un plan de control del asma recetado por un médico, que incluya el uso de medicamentos preventivos e inhaladores de alivio rápido según sea necesario, puede ayudar a controlar los síntomas y prevenir los ataques de asma.
Ejercicios de calentamiento y enfriamiento: Incorporar ejercicios de calentamiento para aumentar gradualmente el flujo de aire y fortalecer los músculos respiratorios puede ayudar a preparar el cuerpo para jugar. De manera similar, realizar ejercicios de enfriamiento puede ayudar en la recuperación y prevenir los síntomas del asma posteriores al ejercicio.
Rutinas de práctica modificadas: Es posible que los músicos con asma necesiten ajustar sus rutinas de práctica para adaptarse a su condición. Sesiones de práctica más cortas y frecuentes, con descansos entre ellas, pueden ayudar a reducir el riesgo de síntomas.
Técnicas de respiración adecuadas: Centrarse en desarrollar técnicas de respiración eficientes, como la respiración diafragmática, puede mejorar el control del aire y reducir la tensión en el sistema respiratorio.
Hidratación: Mantenerse bien hidratado ayuda a diluir la mucosidad y mantener la función óptima de las vías respiratorias.
Comunicación con los instructores: La comunicación abierta con los profesores de música sobre el asma puede ayudar a garantizar la comprensión y el apoyo en el manejo de la afección durante las lecciones y actuaciones.
Con un manejo y adaptaciones adecuados, muchas personas con asma pueden disfrutar tocando instrumentos de metal y lograr sus objetivos musicales.