1. La naturaleza del papel del músico:
Si el músico es un empleado de tiempo completo de la iglesia, un contrato puede ser más apropiado. Sin embargo, si es voluntario o solo actúa de forma limitada, es posible que no sea necesario un contrato.
2. Las políticas y procedimientos de la iglesia:
Algunas iglesias pueden contar con políticas y procedimientos que describan los términos de empleo de los músicos, incluido si deben tener o no un contrato.
3. Las preferencias del músico:
El músico puede tener sus propias preferencias sobre si quiere o no un contrato. Algunos músicos pueden sentirse más cómodos con un acuerdo escrito, mientras que otros prefieren trabajar de forma más informal.
Si se determina que un músico de la iglesia debe tener un contrato, es posible que sea necesario hacer varias deducciones. Estas deducciones pueden incluir:
1. Impuestos sobre la renta:
Los músicos de la iglesia generalmente se consideran empleados y deben pagar impuestos sobre la renta sobre sus ganancias. La iglesia es responsable de retener los impuestos sobre la renta de los salarios del músico y presentarlos al gobierno.
2. Impuestos del Seguro Social y Medicare:
Los músicos de la iglesia también deben pagar impuestos de Seguridad Social y Medicare sobre sus ganancias. La iglesia es responsable de retener estos impuestos de los salarios del músico y presentarlos al gobierno.
3. Primas del seguro médico:
Si el músico tiene seguro médico, la iglesia puede deducir una parte de la prima de su salario.
4. Otras deducciones:
La iglesia también puede deducir otras cantidades del salario del músico, como cuotas sindicales o contribuciones a un plan de jubilación.
Es importante tener en cuenta que las deducciones específicas que se pueden hacer del salario de un músico de la iglesia pueden variar según las circunstancias individuales y las políticas y procedimientos de la iglesia.