Arcangelo Corelli tocaba principalmente el violín. Era un violinista virtuoso y su forma de tocar se caracterizaba por su brillantez técnica, expresividad y estilo elegante. Ayudó a establecer el violín como instrumento solista y era conocido por su dominio de las técnicas de arco y el uso del vibrato. Sus composiciones, en particular sus concerti grossi y sus sonatas en trío, muestran su profundo conocimiento de las capacidades del violín y se han convertido en obras fundamentales en el repertorio para violín.
Corelli también enseñó violín y composición a muchos estudiantes, incluidos algunos de los músicos más destacados de su tiempo. Sus métodos y principios de enseñanza influyeron enormemente en la pedagogía del violín y las prácticas interpretativas de las generaciones futuras de violinistas.
Además, Corelli ocupó el prestigioso puesto de concertino (o primo violín) de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma, donde dirigió la orquesta y actuó con regularidad.
A lo largo de su carrera, las contribuciones de Arcangelo Corelli al violín y la música dejaron un impacto duradero en la música clásica occidental.