A diferencia de otros instrumentos financieros, como los pagarés estructurados o los contratos de futuros que pueden derivar de activos de primera línea, se negocian directamente a cambio de efectivo o valores. Sus cambios de precios reflejan las fuerzas del mercado determinadas por la oferta y la demanda.
El término "primera línea" surge de la distinción histórica entre banca comercial y de inversión, cuando a los bancos comerciales no se les permitía realizar actividades de corretaje o banca de inversión y, como resultado, la banca de inversión pasó a ser conocida como la "primera línea" de la banca en los Estados Unidos. Estados durante el siglo XX.