Mozart y Schikaneder colaboraron estrechamente en la creación de la ópera. Inicialmente concibieron la obra como una ópera de cuento de hadas, pero con el tiempo se convirtió en una obra más seria y compleja que exploraba temas de amor, amistad y la búsqueda de la sabiduría y la iluminación.
La música de Mozart para La Flauta Mágica se caracteriza por su belleza, variedad y profundidad emocional. La ópera contiene una amplia gama de números musicales, que incluyen arias, dúos, conjuntos y coros, así como pasajes instrumentales que realzan el dramatismo de la historia.
El éxito de La flauta mágica aseguró la reputación de Mozart como uno de los más grandes compositores de ópera. Se sigue representando regularmente en todo el mundo y se considera una de las obras maestras de la literatura operística.