Los primeros violines conocidos datan del siglo XVI, y algunos de los primeros violines más famosos fueron fabricados por luthiers italianos como Andrea Amati y Gasparo da Salò. Estos primeros violines eran típicamente más pequeños y tenían un tono más alto en comparación con los violines modernos.
Con el tiempo, el violín sufrió diversas modificaciones y mejoras en su diseño y construcción. En los siglos XVI y XVII, luthiers como Antonio Stradivari y Giuseppe Guarneri del Gesù hicieron importantes contribuciones al desarrollo del violín, refinando su forma, proporciones y materiales para lograr un sonido más rico y resonante.
El violín continuó evolucionando durante los siglos XVIII y XIX, y los luthiers experimentaron con diferentes materiales, formas y técnicas de construcción para mejorar las cualidades tonales y la facilidad de ejecución del instrumento. Hoy en día, el violín sigue siendo un instrumento ampliamente reconocido y apreciado, y ocupa un lugar central en la música clásica y las orquestas de todo el mundo.