Embocadura: La forma en que das forma a tus labios (embocada) y soplas en la boquilla de la flauta es fundamental para producir un sonido enfocado y resonante. Si su embocadura no está bien formada o si no sopla con suficiente velocidad y control del aire, las notas pueden sonar aireadas o entrecortadas.
Desbordante: El soplo excesivo ocurre cuando se sopla demasiado aire en la flauta, lo que hace que las notas suenen más agudas y pierdan su riqueza. Esto puede resultar en un sonido aireado.
Ángulo de la placa labial: La posición y el ángulo de la placa labial (la parte de la flauta contra la que soplas) también pueden afectar la calidad del sonido. Si la placa labial no se ajusta correctamente, puede dificultar la producción de un tono enfocado y resonante, lo que genera un sonido aireado.
Construcción de flauta: Los materiales utilizados en la construcción de la flauta, como el metal o la madera utilizados en el cuerpo y las teclas, pueden influir en el tono general y la resonancia del instrumento. Algunas flautas pueden producir inherentemente un sonido más cálido y completo, mientras que otras pueden tener un sonido más brillante y aireado.
Mantenimiento: Una flauta que no recibe el mantenimiento, la limpieza y la lubricación adecuados puede experimentar diversos problemas que afectan su calidad de sonido. Las teclas pegajosas u otros problemas mecánicos pueden dificultar el flujo de aire y la articulación, lo que produce un sonido aireado.
Técnica y Práctica: Desarrollar un control de la respiración, una técnica de digitación y una maestría musical en general adecuados pueden mejorar significativamente la calidad del sonido al tocar la flauta. La práctica constante y la orientación de un profesor de flauta calificado pueden ayudarlo a superar problemas como las notas aireadas y lograr un tono rico y controlado.