- Volumen: El volumen se mide en decibeles (dB). La exposición a sonidos superiores a 85 dB durante un período prolongado puede causar daños. Los ejemplos comunes incluyen conciertos de música, eventos deportivos o el uso de herramientas eléctricas sin protección auditiva.
- Duración: Cuanto más prolongada sea la exposición, mayor será el riesgo de daños. Incluso los niveles moderados de ruido, si se mantienen durante varias horas, pueden causar problemas.
- Frecuencia: Algunas frecuencias (tonos) son más dañinas que otras. Los sonidos agudos, como los producidos por las sirenas o ciertos instrumentos musicales, pueden ser particularmente dañinos.
- Susceptibilidad individual: Algunas personas pueden ser más susceptibles a sufrir daños por ruido que otras, debido a factores como la edad, la genética y las condiciones auditivas preexistentes.
- Edad: Los niños y los adultos mayores son más susceptibles a la pérdida auditiva inducida por el ruido.
- Condiciones médicas subyacentes: Ciertas afecciones médicas, como la enfermedad de Meniere, pueden aumentar el riesgo de sufrir daños auditivos por ruidos fuertes.
- Anatomía del oído: La forma y el tamaño del canal auditivo y del tímpano también pueden afectar la susceptibilidad al daño por ruido.
_Los daños causados por la exposición al ruido suelen ser permanentes. Proteger su audición es esencial para preservar una buena audición durante toda la vida._
Formas de proteger su audición:
- Reducir el volumen: Baje el volumen de reproductores de música, televisores y otros dispositivos.
- Tomar descansos: Tome descansos regulares de ambientes ruidosos, especialmente si está expuesto a sonidos fuertes por trabajo o recreación.
- Usar protección auditiva: Utilice tapones para los oídos u orejeras cuando se exponga a ruidos fuertes, como conciertos, obras de construcción o cuando utilice herramientas eléctricas.
- Sé consciente de tu entorno: Preste atención a los niveles de ruido a su alrededor y evite situaciones en las que los sonidos sean excesivamente fuertes.
- Hazte controles auditivos periódicos: Haga que le revisen la audición con regularidad, especialmente si está expuesto a ruidos fuertes con frecuencia.