Los compositores de períodos posteriores continuaron utilizando y ampliando las convenciones formales establecidas en la forma de sonata, desarrollando nuevas variaciones y desviaciones preservando al mismo tiempo sus estructuras subyacentes. Si bien algunos compositores se aventuraron en estructuras y modos de desarrollo alternativos, la forma sonata persistió como un concepto compositivo destacado que conservó gran parte de su influencia.