El arpa también era conocida en el antiguo Egipto, donde la tocaban tanto hombres como mujeres y estaba asociada con la diosa Hathor. Las arpas egipcias solían estar decoradas con intrincadas tallas y pinturas.
El arpa también se extendió a otras partes del mundo, incluida Europa, donde se convirtió en un instrumento popular en la Edad Media. Las arpas medievales normalmente estaban hechas de madera o hueso y tenían una variedad de formas y tamaños.
El arpa continuó evolucionando a lo largo de los siglos y, en el siglo XVIII, se había convertido en un instrumento sofisticado capaz de producir una amplia gama de sonidos. En el siglo XIX, el arpa se introdujo en América, donde rápidamente se convirtió en un instrumento popular tanto en la música clásica como en la folclórica.
Hoy en día, el arpa se toca en una variedad de estilos musicales en todo el mundo. Es un instrumento versátil que se puede utilizar tanto para interpretaciones solistas como en conjunto.