- El entrenamiento musical mejora las habilidades cognitivas. Los estudios han demostrado que los niños que tocan un instrumento mejoran la memoria, la atención y las habilidades de razonamiento. Probablemente esto se deba a que aprender a tocar un instrumento requiere mucha práctica y concentración, lo que ayuda a desarrollar estas habilidades cognitivas.
- La formación musical potencia la creatividad y la autoexpresión. Tocar un instrumento permite a los niños expresarse de forma creativa y desarrollar su propio estilo único. Esto puede ayudarles a sentirse seguros y orgullosos de sus logros.
- Tocar música puede ayudar a mejorar las habilidades sociales. Participar en una banda u orquesta requiere que los niños trabajen junto con otros y aprendan a cooperar y comunicarse de manera efectiva. Esto puede ayudarles a desarrollar importantes habilidades sociales que pueden utilizar en otras áreas de sus vidas.
- La música puede proporcionar una salida positiva para el estrés y las emociones. Tocar un instrumento puede ser una excelente manera para que los niños alivien el estrés y expresen sus sentimientos de manera saludable. Esto puede ayudarles a gestionar sus emociones y afrontar situaciones difíciles.
- Aprender a tocar un instrumento puede proporcionar disfrute y enriquecimiento a largo plazo. Tocar un instrumento es una habilidad que los niños pueden disfrutar durante toda su vida. Puede proporcionarles una fuente de relajación, alegría y satisfacción personal.