Una gran mayoría de los prisioneros de guerra que soportaron la Marcha de la Muerte de Bataan eran soldados estadounidenses y filipinos. Los registros históricos indican que hubo una representación sustancial de afroamericanos entre los soldados estadounidenses que sirvieron en Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el número exacto de supervivientes afroamericanos, o el porcentaje de prisioneros de guerra afroamericanos, no se puede determinar sin realizar un análisis individual exhaustivo de los datos históricos sobre los participantes en la marcha.
Es importante reconocer el sacrificio y la valentía de todos los soldados, independientemente de su raza u origen, que fueron sometidos a los horrores de la Marcha de la Muerte de Bataan. Millones de personas en los Estados Unidos y en todo el mundo recuerdan y honran a los caídos durante este trágico evento, y sus historias sirven como recordatorio de los sacrificios que se hicieron en defensa de la libertad y la justicia.