Esta frase resalta la habilidad y el talento natural de un individuo para reconocer y reproducir melodías, armonías y ritmos al escucharlos. Muestra un mayor sentido de percepción musical, ya que el músico es capaz de discernir y replicar elementos musicales sin la ayuda de partituras o instrucciones específicas.
Tocar música de oído a menudo se asocia con la improvisación y la espontaneidad, lo que permite al músico agregar sus propias interpretaciones y variaciones a la pieza original. Enfatiza la capacidad del músico para entablar una especie de conversación musical con el instrumento, expresando su creatividad y estilo personal.
Este modismo se usa comúnmente en el contexto de actuaciones musicales, sesiones improvisadas y escenarios de improvisación. También se puede utilizar de manera más amplia para describir a alguien que tiene una fuerte aptitud natural para la música y puede interpretar o componer fácilmente sin una formación formal extensa.