Los tetracordios diatónicos son los más comunes y se encuentran en la mayor parte de la música occidental. Los intervalos entre las notas de un tetracordio diatónico son dos tonos enteros y un semitono, en ese orden. Por ejemplo, las notas C, D, E y F forman un tetracordio diatónico.
Los tetracordios cromáticos son menos comunes y se encuentran en algunos tipos de música oriental. Los intervalos entre las notas de un tetracordo cromático son dos semitonos y un tono entero, en ese orden. Por ejemplo, las notas C, C♯, D y D♯ forman un tetracordio cromático.
Los tetracordios son importantes en la música porque proporcionan los componentes básicos de melodías, armonías y acordes. Se pueden utilizar para crear una variedad de texturas y efectos musicales.