Uno de los ejemplos más famosos de música monofónica cristiana es el canto gregoriano, que es un tipo de música litúrgica desarrollada por los monjes benedictinos en los siglos VI y VII. El canto gregoriano se caracteriza por sus melodías sencillas, que suelen cantarse en latín. Otros ejemplos de música monofónica cristiana incluyen el canto llano, que es un tipo de música monofónica que se utiliza en la iglesia anglicana, y el canto ortodoxo ruso.
La música monofónica cristiana jugó un papel importante en el desarrollo de la música occidental. Fue la base de la música polifónica, que es música compuesta de múltiples líneas melódicas. La música polifónica finalmente se convirtió en la forma musical dominante en la cultura occidental. Sin embargo, la música monofónica sigue utilizándose en entornos religiosos y ceremoniales y, en ocasiones, también se utiliza en la música contemporánea.