Las duras condiciones de vida y de trabajo que enfrentaron los afroamericanos durante la esclavitud y la era posterior a la esclavitud contribuyeron a la profundidad emocional y la expresión del blues. La forma musical permitió narrativas personales, narraciones y la expresión de luchas, alegrías y tristezas cotidianas.
A medida que los afroamericanos emigraron del sur a otras partes del país, llevaron el blues consigo, lo que llevó al surgimiento de distintos estilos de blues regionales. Se desarrollaron centros de blues notables en ciudades como Chicago, Memphis, St. Louis, Nueva Orleans y Kansas City, cada una con su propio sonido e influencias culturales únicas.