El naturalista Thomas Herbert, que encontró dodos en Mauricio en el siglo XVII, describió sus vocalizaciones como parecidas al mugido de un buey o una vaca, particularmente cuando varios gritaban juntos. Algunos investigadores sugieren que esta descripción podría estar exagerada o influenciada por percepciones culturales.
Otro relato de François Leguat, otro observador del siglo XVII, indicó que el dodo producía una especie de gruñido ronco. Según las comparaciones con las vocalizaciones de las palomas y las palomas, que son parientes cercanos del dodo, es posible que la especie utilizara sonidos similares de arrullos, gorgoteos o gruñidos bajos para diversos fines de comunicación.
Es importante señalar que estas descripciones son limitadas y abiertas a interpretación, por lo que las vocalizaciones exactas del dodo siguen siendo desconocidas.