La escenografía es elaborada e impresionante. Puede incluir imponentes rascacielos, frondosos bosques o incluso un mágico reino submarino. El vestuario es igualmente impresionante y los actores se transforman en sus personajes.
Los actores cantan, bailan y actúan con pasión y energía. Dan vida a la historia y el público se involucra en la acción. La música es pegadiza y memorable, y las letras son inteligentes e ingeniosas.
La historia es atractiva y conmovedora. Puede ser una comedia, un drama o un romance musical. Los personajes son identificables y simpáticos, y el público los apoya para que tengan éxito.
El espectáculo está lleno de sorpresas. Puede haber efectos especiales, giros en la trama e incluso algunos cameos de celebridades. El público nunca está seguro de qué esperar y eso es lo que lo hace tan emocionante.
Al final del espectáculo, el público ovaciona al elenco. Los actores hacen una reverencia y el público abandona el teatro sintiéndose feliz y animado.
Asistir a un musical de Broadway es una experiencia verdaderamente especial. Es una oportunidad para escapar del mundo cotidiano y entrar en un mundo de magia y maravillas. Es una experiencia que nunca olvidarás.